Murió a los 94 años Nora Cortiñas, emblema de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora
La referente de Derechos Humanos y una de las Madres de Plaza de Mayo más reconocidas murió este jueves a los 94 años.


Nunca detuvo su marcha. Ni cuando el tiempo, implacable, le empezó a provocar dolores en el cuerpo. Ni en ese momento, ni nunca, Nora Cortiñas, dejó de luchar por la Memoria, la Verdad y la Justicia, pero también por el resto de las causas nobles: desde el apoyo a los trabajadores hasta los usuarios de cannabis medicinal, Norita siempre estuvo donde había que estar. Emblema de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, murió este jueves por la tarde a los 94 años.
“Norita había sido intervenida quirúrgicamente el pasado 17 de mayo en el Hospital de Morón por una hernia que se sumó a otras patologías que agravaron el cuadro”, dice el comunicado de la familia. Luchó allí también. Todo lo que pudo. Y murió. Aunque la muerte tampoco la vencerá del todo: Nora Cortiñas quedará para siempre en la memoria popular por ser uno de los emblemas más significativos de la lucha por los Derechos Humanos, junto a Estela de Carlotto, Hebe de Bonafini o Taty Almeida, entre muchas otras.
Nació en 1930 y hasta 1977 su vida fue más o menos como la de todo el mundo. Pero la mañana del 15 de abril de ese año, patotas paramilitares que operaban para la dictadura secuestraron y desaparecieron a su hijo Gustavo, que estaba casado y tenía un hijo, en la estación de trenes Castelar. Nunca más se vieron.
Gustavo estudiaba Ciencias Económicas y militaba en la Juventud Peronista en la Villa 31 de Capital. Nada más se supo de él. Solo que dio a luz a una nueva madre, con la M mayúscula, que desde ese día no paró de buscar y reclamar. Con cada ronda en Plaza de Mayo a lo largo del tiempo, su pequeño cuerpo tomó forma de símbolo; Nora se agigantó y se transformó en “Norita”, un emblema.